El viernes 13 hicimos la inauguración tentativa del lugar donde nos alojamos. Fue en petit comité, aunque a puertas abiertas.
Los invitados no trajeron flores, ni vino, ni chocolates. Los más sensibles nos regalaron con frasquitos de K-Othrina. Josefina, por ejemplo, nos entregó un voucher por dos fumigaciones de alta gama.
El señor fumigador es de confianza: hace meditación y controla plagas en sanatorios reputados, además de tener una conversación exquisita.
domingo, 15 de marzo de 2009
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